Se sabe que la mayoría por no decir todos los países de América en algún momento tuvieron que luchar por sus derechos, desde Estados Unidos hasta los países más tercermundistas (de los cuáles algunos siguen en este tipo de luchas). Tras ganar esas guerras entre colonias y conquistadores, los países recién independizados necesitaban una guía, pero no una guía de cómo manejar los gobiernos recién surgidos, sino de cómo tratar con su propia población, algo donde constará que las libertades que habían perseguido con la descolonización no eran sólo letra muerta o susurros del viento.
En varios países se establecieron las llamadas constituciones, en los Estados Unidos surgió un documento llamado “La Carta de Derechos” (Bill of Rights), en ésta se establecieron un conjunto de enmiendas o principios que protegen la libertad de los ciudadanos ante cualquier pesquisa o exceso en la investigación por parte del gobierno o sus órganos investigativos. Siendo la enmienda número cuatro el motivo para uno de los acontecimientos más inesperados, dramáticos y con mayores consecuencias en los Comics en los últimos 50 años.
La enmienda número cuatro trata sobre la protección a pesquisas, aprehensiones arbitrarias y violación de la privacidad individual.
En el evento denominado “Civil War o Guerra Civil” de la editorial Marvel Comics, nos relata al inicio, como un grupo de superhéroes novatos se enfrentan a una banda de supervillanos de un nivel superior, causando la muerte de héroes, villanos y (por una gran explosión) la muerte de 600 ciudadanos inocentes de la comunidad de Stamford, en su mayoría niños de una escuela ubicada al costado de la pelea.
Este suceso fue la gota que rebasa la paciencia de la comunidad humana (ciudadanos comunes y corrientes sin poderes), quienes exigen que se haga algo al respecto.
Se le da a la comunidad o a la personalidad colectiva de la población un nivel o presencia que en la realidad los gobiernos no le dan a sus respectivas poblaciones, lo actual y real es que la gente ya no está segura ni con sus gobiernos, ni con sus congéneres, ni con los héroes que han jurado protegerlos. Ya que en los últimos tiempos estos héroes y sus villanos han causado más muerte y destrucción que cualquier otro tipo de disturbio entre naciones y personas.
Ante esto el gobierno de Estados Unidos secundados del apoyo de uno de los más conocidos, ricos e influyentes superhéroes (Tony Stark – Iron Man – Ex Secretario de Defensa), pasa por sobre la cuarta enmienda y elabora un proyecto de ley cuyo objetivo es el acta de control de superhéroes, donde todo superhéroe que quiera actuar en territorio estadounidense deberá estar redactado en dicha acta; revelando identidad, familia, trabajos, poderes, debilidades, etc. El superhéroe recibirá un aporte monetario a cambio de su servicio y estará bajo la supervigilancia del gobierno. Actuar fuera del acta se considerará delito federal y se le perseguirá con la fuerza necesaria, incluso mandando otros superhéroes, agentes villanos contra él. Esta ley se aplica no importa que sea humano, humano mejorado, mutante, alienígena, cyborg, de otra raza, etc.
Imagínense que el gobierno prohíbe a los ciudadanos hacer lo que más les gusta o lo que por vocación, convicción hacen. Imagínense que el gobierno quita los derechos civiles básicos teniendo como premisa su propia protección: el derecho a la privacidad, el derecho a protestar pacíficamente, el derecho a una investigación y juicio justo si se es sospechoso de un crimen, y derechos constitucionales más generales como el derecho a la libertad personal, a la libertad de movimiento y de protección igualitaria.
En este caso sucede una contradicción única. Muchos héroes no confían en el gobierno; en los tiempos actuales nadie le confiaría la totalidad de su vida al gobierno y sobre todo por que estos héroes tienen familias, carreras y principios que deciden proteger ellos mismo, por su propia cuenta. Así se forman dos bandos entre la comunidad superheróica, dos bandos que representan una permanentemente constante en nuestras sociedades sobre los derechos, privacidad y expresión de los ciudadanos; un bando son los héroes Pro registro, los que apoyan la norma la cuál en cierto sentido dice contiene algunos principios útiles como que ya no más superhéroes novatos salgan a las calles sin ningún tipo de entrenamiento y control, y los héroes Anti registro en cuyas filas están los héroes que tienen familias que proteger y que no confían un ápice en el gobierno. Se da una guerra civil entre hermanos del mismo país, entre personas que han sido amigas o han pertenecido al mismo bando desde el inicio pero que ahora se ven divididos por sus ideales.
La gente Pro registro tiene todos los recursos del gobierno, en la vida real siempre hay un lado, un país que tiene más recursos que el otro, en un conflicto interno es la parte que representa al gobierno y en uno externo son los países que cuentan con el apoyo de sus aliados. Terminan ganando ellos originando una serie de consecuencias dramáticas para las personas que expresaron su opinión, su posición y dijeron no, que ellos decidan no confiar en el gobierno. A estas personas después de dar su vida por su país y por los demás se les trata como criminales, sin derechos, sin trabajo, se cometen contra ello pesquisas y persecuciones crueles e inhumanas donde en ciertos casos no importa si el objetivo es traído vivo o muerto.
Justo contra este tipo de acciones se agrego a su constitución la cuarta enmienda y en todos los países constituciones que representan y certifican los derechos humanos generales, pero podemos estar casi seguros que si periódicamente no se los reafirma o respeta, se impondrá alguna forma de autoprotección a sus propias acciones, en el caso de la Guerra Civil de Súper Héroes se puede decir que en efecto cómo dice el título las libertades civiles, la cuarta enmienda y los derechos humanos son sólo una utopía.
Escrito por Jairo Peralta
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